martes, 7 de agosto de 2012

Curiosidad en el Casino Campestre de Camagüey


La primera obra de arquitectura moderna dedicada en Cuba a la campaña de alfabetización, se levantó en la ciudad de Camagüey, durante la remodelación del Casino Campestre, realizada en la medianía de la década de 1970.
El monumento, que recrea el simbólico farol de los brigadistas cubanos, se convirtió en palomar, rodeándosele de una fuente que a manera de arroyo fluía entre rocas. Esa interesante composición de atractiva sencillez, se inscribe hoy entre los elementos más significativos de la arquitectura contemporánea de la ciudad.

El arquitecto Wilfredo Rodríguez Ramos, presidente en Camagüey del departamento de Documentación y Conservación  del Movimiento Moderno, (Do.Co.-Mo.Mo), explica que esa obra, dotada de elementos históricos, naturales y contemporáneos, es un ejemplo de esa corriente del movimiento internacional que entre arquitectos, constructores e historiadores se encamina a proteger aquellos elementos de la arquitectura presente.

Camagüey ocupó la vanguardia de ese movimiento en  el país, al organizar este grupo de Documentación y Conservación en 1998, desarrollando desde entonces un levantamiento de obras del patrimonio perteneciente  al movimiento de la arquitectura  moderna.

Propuestas para su conservación como Monumento Local, se encuentran  la Escuela Profesional de Comercio, el Auditórium Iván Hidalgo Funes y el Hospital Clínico Quirúrgico Amalia Simoni, antes Hospital Provincial Antituberculoso.

En el inventario de elementos a preservar se hallan además  la parada y cerca perimetral del Hospital Psiquiátrico René Vallejo, la farmacia de Avellaneda y San Esteban, antigua Alvarez Fuentes;  el estadio de béisbol de Camagüey; los edificios  gemelos, únicos de su tipo en  el país, situados en las esquinas, uno de Hospital y Hermanos Agüero y el otro en Lope Recio y Popular y el palomar del Casino Campestre, realizado como homenaje a la Campaña Nacional de Alfabetización.
 
Foto: Eduardo Labrada Rodríguez

2 comentarios:

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  2. Mi intromisión es para decir, a la distancia, que lo que se quiere conservar es un edificio, de alguna manera histórico, y no aquella historia que afeó su pasado. Son puntos de vista, si fuera por cada felonía que ha sucedido en tal o cual sitio, del país que fuera, no quedarían paredes en pie. Un abrazo

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