Los cinco siglos de la mediterránea villa de
Santa María del Puerto del Príncipe se esperó con una gala gigante
cultural en la Plaza de la Revolución Mayor General Ignacio Agramonte,
en esta ciudad de Camagüey.
El espectáculo dirigido por el Maestro Fernando Medrano devino brevísimo
transitar por las esencias que han nutrido a esta urbe (a unos 570
kilómetros al este de La Habana), desde sus orígenes, para poner a la
luz tanto la raíz hispánica que la nutrió como la huella africana que
estampó definitivamente su condición mestiza, reporta Lázaro David Najarro, corresponsal de PL en esta localidad.
Los 800 músicos, bailarines, declamadores, coreógrafos, compositores e
intérpretes vocales rebasaron las expectativas de miles de personas,
muchas de ellas acudieron de diferentes latitudes, a presenciar una
ceremonia en ocho cuadros, inspirada en los versos del Poeta Nacional de
Cuba, Nicolás Guillén, quien nació entre los adoquines de Camagüey.
En la serenata, en homenaje al cumpleaños 500 de la urbe, fundada el 2
de febrero de 1514, según las evidencias arqueológicas y documentales,
participaron agrupaciones y compañías consideradas entre las más
prestigiosas del país: Endedans, Camagua, Ballet de Camagüey y Adalberto
Álvarez y su Son.
Prestigiaron también la velada que en honor a la frase del apóstol de la
independencia de Cuba, José Martí, se denominó: "Ese sí es pueblo, El
Camagüey", la Maravilla de Florida y el Folklórico de Reynaldo
Echemendia.
En distintos momentos se reflejaron pasajes de la historia nacional y de
esta urbe, una de las más antiguas de América, y singularidades de su
idiosincrasia, con el auxilio de dos pantallas gigantes para su
proyección ampliada.
Constituyó una fiesta en la que estuvo presente el talento infantil con
la actuación de los pequeños príncipes (frase de José Martí), de La
Andariega y Arlequín que se hermanaron con los de La Colmenita
(Embajadora de Buena Voluntad de Unicef), en el encargo infantil "Por el
mar de las Antillas anda un barco de papel".
Fotos: Otilio Rivero Delgado
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