martes, 10 de abril de 2012

Regalo de Gerardo Hernández a un cocinero camagüeyano


Frank muestra el trofeo
El chef de cocina Frank Rodríguez Pino, del Hotel Gran Club Santa Lucía, de la Cadena Cubanacán, hace tiempo que trabaja desde su sector por la liberación de los Cinco cubanos antiterroristas, presos injustamente en Estados Unidos.
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Como recompensa acaba de recibir una obra tallada en madera, con boceto de Gerardo Hernández Nordelo, concebido por él en el sitio donde guarda cautiverio y con la imagen de Ramón, René, Fernando, Antonio y la suya propia, acompañadas por el pensamiento martiano: “No se pueden hacer grandes cosas, sin grandes amigos” y con una carta, rubricada por todos.
En reciente entrevista de Enrique Atiénzar Rivero a Frank,  este último estimó que los antiterroristas son personas agradecidas. Dijo que el reconocimiento, al que califica de trofeo, no lo recibe como un  estímulo solo a su persona, sino de todos aquellos que en Cuba y en el mundo luchan contra el terrorismo y porque se haga justicia a favor de esos valientes hombres.
Fotocopia de la carta
La primera acción que consideró de gran importancia fue representarlos a ellos con un libro sobre cocina en el campeonato mundial celebrado en París, Francia, en el 2011, donde obtuvo el premio especial y del jurado.
El texto recoge la historia de la cocina, desde 1600 hasta la fecha, la vida de esta casi medio milenaria urbe – Camagüey- con el objetivo de no perder las tradiciones de su cocina y recoge los gustos culinarios de personalidades como Ignacio Agramante y Loynaz, Nicolás Guillén, Orlando Cardoso Villavicencio, Raúl González de Cascorro  y de los Cinco.
Siempre que se abordan las personalidades se circunscriben a los aspectos políticos, sin embargo, analizó adentrarse en esa temática, una forma de demostrar la fuerza en la lucha, pero como para mantenerse en pie y subsistir, necesitan comer.
Fueron casi cuatro años de estudio para lograr ese libro, con la ayuda de muchos amigos, dice el entrevistado, que cumplió 48 años el pasado 6 de abril y muestra el orgullo de pertenecer al Sindicato de Hotelería y Turismo.
Ahora está enfrascado en otro libro que se llama: Saber y sabor, en el que son recogidos los gustos culinarios de la mujer cubana, un mérito que  merecen, explica, porque ellas son parte de la lucha de nuestro pueblo. “Si  hay un día que pensar en hacer un monumento en Cuba hay que pensar en la mujer cubana”.
La presencia de Frank en esta batalla se ha hecho palpable también en los coloquios internacionales, celebrados en Holguín a favor de los Cinco y con doilers y portavasos que se comercializan para sufragar gastos en que se incurran en la campaña.
En este minuto planea una caminata de Camagüey hasta La Habana para recoger entre 100 mil y 200 mil firmas y entregarlas en la Oficina de Intereses de los Estados Unidos, solicitando la liberación de los Cinco.
Acaricia otro proyecto: Crear un monumento en el balneario de Santa Lucía y tomando como referencia para replicarla la pieza enviada por Gerardo y recibida a través del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos de manos solidarias de Canadá.
“Esto me da fuerza todos los días de seguir luchando y haciendo lo mejor posible en mi trabajo, como fuera de él, para conseguir la liberación de ellos”.


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