viernes, 16 de junio de 2017

Una capilla de conciertos para la ciudad de Camagüey

Una antigua capilla con un notable deterioro recibe los beneficios que la convertirán en sala de conciertos de la ciudad de Camagüey.
Situado a poco más de una cuadra del parque Agramonte, otrora Plaza de Armas y centro del área declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, el inmueble permitirá con su nuevo uso un contexto de percepción sonora superior a los demás del territorio provincial aptos para interpretaciones musicales.
Destinada a solistas y agrupaciones de pequeño formato, y con capacidad para unos 150 espectadores, la futura entidad funcionará tras un proceso que ha incluido tareas como cambio de una parte del soporte de madera de la cubierta, y la sustitución de todas las conchas acústicas, situadas a modo de falso techo.

La restitución de los tres vitrales ubicados detrás de lo que fue el altar mayor, y la rehabilitación de ornamentos en las paredes, son otras de las tareas acometidas, comunicó al periodista Adolfo Silva Silva, de la ACN, José Oval, jefe de la obra, a cargo de trabajadores no estatales, en un proceso inversionista de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC).

Oval subrayó la complejidad y meticulosidad de la faena, la cual incluyó también que especialistas en música determinaran la positiva calidad de la acústica.

El actual trabajo permitirá igualmente restablecer valores patrimoniales de la otrora capilla, de estilo neogótico.

Todavía no hay fecha de apertura en la calle Luaces, de la sala de conciertos José Marín Varona, nombre de un compositor y director de orquestas y bandas militares nacido en 1859 en Camagüey y fallecido en 1912 en La Habana.





Enriquecedor además de las ofertas de cultura en el sector más viejo e importante del último asentamiento de la localidad, y en una edificación antigua, el centro artístico radicará en una zona donde están, entre otras, la biblioteca Julio Antonio Mella, la sede de la maqueta de la localidad, y la Casa de la Diversidad Cultural Camagüeyana.



Fotos: Otilio Rivero Delgado

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