Hace apenas dos años, el restaurante particular Mesón del Príncipe, en la
ciudad de Camagüey, presentaba un nivel de comercialización muy diferente al
que exhibe actualmente, con ingresos en el último calendario superior a los 500
mil pesos en moneda nacional.
Varios factores han contribuido a que esa instalación esté hoy en las punteras
de la gastronomía en esa urbe, y entre los determinantes destacan los contratos
con las agencias de viajes del Ministerio del Turismo (MINTUR), y el
correspondiente acceso a un mercado exclusivo para la hostelería estatal hasta
2014, afirma la periodista Lianet
Leandro López, de la ACN en esta provincia.
Su propietario, Víctor Echemendía, aseguró que más del 70 por ciento de esa
venta se obtuvo a través de los diferentes convenios con las agencias, y
gracias a ello, el aporte de su restaurante al presupuesto del Estado en 2015
superó los 112 mil pesos, el doble con respecto al ejercicio precedente.
El Mesón del Príncipe pasó de una clientela fluctuante, inestable, a un mercado
sólido, que en temporada alta asegura una demanda de al menos un grupo diario,
y que se ha revertido no solo en más ventas y mejores salarios para el
personal, sino también en la mejoría constante de la instalación, explicó.
La contratación con las agencias del MINTUR no solamente reporta beneficios
para los emprendedores por cuenta propia; a su vez esas instituciones han
ganado en la variedad y en la calidad de las propuestas para los turoperadores
extranjeros.
Para nadie es un secreto el hecho de que la gastronomía estatal, incluso la
asociada al sector del turismo, se ha deprimido en los últimos años, mientras
los restaurantes privados constituyen una competencia fuerte por su flexibilidad
en lo que pueden brindar.
Luis Vázquez, gerente de Havanatur, una de las que más ha trabajado con el
sector no estatal, comentó que para el turoperador o la agencia foránea no hay
diferencia en la forma de gestión a la hora de elegir el lugar donde comerán
sus clientes, pero la demanda habla por sí sola.
Según comentó el directivo, de los 12 contratados en Camagüey, los restaurantes
1800, ubicado en la plaza de San
Juan de Dios, El Paso, en la del
Carmen, y el Mesón del Príncipe,
cercano a la plaza de los Trabajadores, son los que más grupos reciben a través
de las referidas instituciones, por encima de sus pares estatales.
Por su parte, las casas de renta u hostales privados también se incluyen en la
cartera de las agencias del ministerio del ramo del ocio, aunque al decir de
Rodolfo Durán, arrendador con 16 años de experiencia en el giro, para ellos la
relación no ha sido tan satisfactoria, al menos al compararlo con el éxito referido
por los restaurantes.
A excepción de Havanatur, que aquí en Camagüey sí ha
realizado un trabajo muy serio, los contratos con otras no han rendido los
frutos esperados, pues apenas nos envían clientes, cuanto más los guías y
choferes de los ómnibus, y priorizan los hospedajes en los hoteles, explicó el
hostelero.
Refirió su percepción de que las 55 casas (106 habitaciones) elegidas en la
provincia camagüeyana para formalizar los contratos, luego de un cuidadoso
levantamiento, están subutilizadas, incluso cuando muchas de ellas poseen
estándares similares o superiores a sus homólogos del sector estatal.
En ese caso está su propiedad, el Hostal Rodolfo y Xiomara, con 11 habitaciones
dobles para arrendar, las cuales cumplen requisitos de comodidad,
climatización, agua fría y caliente, privacidad, y servicios de desayunos, comidas
y bar, entre otros.
Con una excelente puntuación en TripAdvisor, la web de viajes más consultada a
nivel internacional, genera positivos comentarios como el del usuario Grant P,
de Nueva Zelanda, quien en ese sitio lo catalogó como “pequeño hotel de estilo
boutique”, por la exclusividad y personalización de la atención.
La contratación entre particulares y el MINTUR constituye una alianza
estratégica que apunta a convertirse en un pilar fundamental para el desarrollo
turístico en el país, máxime en tiempos en los cuales Cuba representa un foco
de atención para viajeros de todo el mundo.
Con más luces que sombras afortunadamente, se impone todavía desterrar viejos
prejuicios y avanzar más en el camino de la colaboración mutua, en función de
la hospitalidad y la excelencia, las que el visitante realmente busca y por las
cuales regresa.
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