jueves, 25 de marzo de 2010

Canadá y Camagüey con estrechos lazos culinarios

Camagüey, -Todo comenzó cuando en febrero del 1999 una delegación de ciudadanos canadienses, fundamentalmente chefs de cocina, vinieron a Cuba y degustaron comidas típicas de Matanzas, Cienfuegos, La Habana, Santiago de Cuba y Camagüey.

Y precisamente de esta última provincia, la nuestra, muchos de ellos quedaron prendados; a partir de entonces cada vez que vienen a La perla de las antillas, un lugar de obligada visita y –por supuesto- de almuerzo o comida, es La Casa del Chef de la calle República en la ciudad de Camagüey, sede de la Asociación Culinaria local.

Aún queda el grato recuerdo del Primer Taller Culinario desarrollado en el típico y acogedor Bodegón Don Cayetano, de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, entre Chefs de ambos países, quienes elaboraron ricos platos.

Wendy Holm es la líder permanente de cada nuevo grupo, quien degusta con disfrute lo mismo un Ajiaco camagüeyano de viandas y carnes, que un Matajíbaro de plátano y chicharrones, un Tasajo brujo o a la criolla, un Arroz con maíz tierno, y muchas otras elaboraciones alimenticias de la rica historia regional.

A partir de las características de la comida asiática, en esta Casa también ofertan regularmente una especialidad o Sugerencia del Chef: Cerdo dulce picante, elaborado con piña, sirope y pimienta, entre otros componentes, según las indicaciones de su creador y maestro cocinero del lugar, Omar López Yera.

UNA CANADIENSE CASI CUBANA

Wendy más bien parece cubana por su carácter vivaracho, mirada inquieta y conocedora de los temas cubanos, y hasta habla bastante el español.

Desde hace años viene regularmente acá, en una cifra que ella misma afirma supera las cien veces, mientras sonríe maliciosamente por la exageración…, pero al final me convence de que son muchas.

Ella tiene una sólida formación profesional: economista, agróloga, profesora universitaria y responsable de un Proyecto de colaboración Canadá Cuba iniciado en el 2004, para incrementar la producción sostenible de leche aquí, en coordinación con la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP).

Por su incesante gestión, además de numerosos especialistas de cocina de su país, ha traído más de 550 campesinos y 60 estudiantes de cursos de agricultura sostenible, porque ella prioriza de forma similar, tanto la elaboración de alimentos para la mesa, como la producción agrícola y pecuaria.

“Los aromas y sabores de la cocina cubana, afirma, son la convergencia de los aborígenes de la isla, africanos, chinos, judíos, franceses y españoles. Aquí degustamos platos tradicionales elaborados con recetas de siglos de edad hasta las interpretaciones más contemporáneas”.

“Nuestro socio es la Federación de Asociaciones Culinarias de Cuba. En las ciudades con más historia, siempre nos reunimos en las sedes de chefs, para disfrutar una tarde con los mejores cocineros y degustar la gastronomía típica de cada región.

“Visitamos cocinas de hoteles y otras dependencias, para familiarizarnos con el puerco asado, los tachinos, las mariquitas, los tostones, el congrí, los moros y cristianos, el picadillo a la habanera, la yuca con mojo, la malanga, los tamales y otros platos sabrosos.

“Nuestro programa cultural complementa además su comprensión de la cocina, con la introducción a la música, la danza y el arte del pueblo cubano”.

LA COMIDA CAMAGÜEYANA ES FANTÁSTICA

En la Casa del Chef de Camagüey compartieron impresiones con Teófilo Ramón Ramón, presidente de la Asociación Culinaria local y otros miembros de su directiva.

“La comida camagüeyana es fantástica, diferente a la de otros lugares de Cuba, y con su historia propia”, dijo a los presentes.

“En el extranjero muchas personas creen que la comida cubana es solo a base de frijoles y arroz, pero no es así, lo cual ratificamos cada vez que venimos acá, y sobretodo a esta ciudad con tantas tradiciones…”, dijo esta canadiense, casi cubana.

Minutos más tarde la vimos tomar un cucharón frente al caldero del Ajíaco, para servirse y tomarlo con verdadero placer, luego mientras sus compañeros comían les habló con mucho dominio sobre el Matajíbaro, y por qué tenía la forma de Eleguá…

Al final todos quedaron satisfechos por lo original de la comida, su calidad en la preparación y lo fraternal del encuentro, siempre con la promesa de regresar, lo cual siempre cumple y ¡con que frecuencia! Wendy Holm.

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